lunes, 30 de diciembre de 2013

- JHON BERGER (Lámina 10)
La vista de los objetos que nos rodean siempre llega antes que las palabras, estableciendo así, nuestro lugar en el mundo circundante.
EL PRESENTE ESTA SOLO
Cuando nos referimos a lo visible es mucho más que lo que el ojo percibe. Los medios de comunicación, la fotografía, ya que cambiamos al gusto, pueden desarticular la unidad de significado que cada obra representa, como contraejemplo a esto tenemos la pintura.
En un encuentro casual o deseado de alguien ante una obra de arte, Berger grabó, las obras de un museo sin sonido ni escritos, para que el receptor pudiera oírlas y oírse a sí mismo.
Con la televisión, somos reos. Aunque nuestra imagen visual se establece por lo visto y lo vivido, por nuestra manera de saber, ver y vivir. Este artículo se dedica a desenmascarar el enmascaramiento por el que han sido sometidas las artes.
NOTA AL LECTOR
Este libro tiene 7 ensayos de los cuales, 4 son palabras más imágenes y los otros 3 son solamente imágenes.
Partimos de que el conocimiento nunca se adecua a la visión. Lo que sabemos afecta al modo en que vemos las cosas. Las palabras nunca cubren por completo la función de la vista, solo vemos aquello que miramos a través de un acto voluntario, aunque nuestra visión en esta en continuo movimiento.
Pero después de ver, somos conscientes de que podemos ser vistos. La naturaleza reciproca de la visión es más fundamental que el dialogo hablado; toda imagen encarna un modo de ver. La creación de las imágenes apareció para evocar la presencia de algo ausente.
Una obra de arte es sometida a las siguientes hipótesis aprendidas: belleza, verdad, genio, civilización, forma, posición, gusto… la perspectiva hace del yo, el centro del mundo visible, aunque no haya reciprocidad visual.
Lo que vemos depende desde el lugar (tiempo- espacio) en el que estamos cuando lo vemos. La perspectiva en la imagen pintada te hace sentir el centro pero la cámara fotográfica no, entonces la pintura cambio.
Los cubistas ampliaron el campo de visión. La unicidad del original radica en eso mismo, en ser la reproducción del original. Lo que percibimos como único ya no es lo que nos muestra su imagen. Algunas veces las obras adquieren valor, no por la belleza, ni por el pintor que la crea, sino por el valor económico que se le da. El arte ante nuestros ojos depende de lo que esperemos de él y nuestra experiencia acerca del tema que abarca la obra. El arte pasado a perdido su autoridad, ya no es lo que era, lo mismo nos pasa a las personas.
EL LUGAR DE LA PINTURA
La función de la pintura es llenar una ausencia simulando una presencia a través del tiempo y del espacio. Pintar es hacer entrar, aunque lo que se introduce en la obra esté lejos. Una pintura tiene su lugar y su razón. Sobre la visibilidad decir que es una forma de crecimiento y una cualidad de la luz, revelada por la identidad de un objeto o el color de la forma.

En mi opinión, este autor está totalmente en lo cierto en que lo primero que percibimos es a través del ojo y que es importante tanto el lugar como el sitio en el que estemos para observarlo y por supuesto ser conscientes de que pueden estar viéndonos. La forma para enseñar esto a los niños de entre 6-12 años es ni más ni menos que con la actualidad, con las nuevas tecnologías, adaptando el aprendizaje a cada una de las edades. 

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